lunes, 30 de junio de 2008

Un extremeño de Serradilla


Nacido el 7 de Octubre de 1936 en Serradilla (Cáceres) Extremadura – España, ingresó en 1948 en el Seminario Diocesano de Plasencia (Cáceres), donde cursó los estudios de Humanidades, Filosofía y Teología. Pianista, Organista y Diplomado por la Escuela Superior de Música Sagrada de Madrid, habiendo realizado Cursos de Gregoriano en Vitoria y Salamanca. Ordenado sacerdote el 19 de Junio de 1960 en su parroquia natal de Nuestra Señora de la Asunción, desarrolló los primeros cuatro años de su ministerio en Monroy (Cáceres), destacando en la organización de la Catequesis y preocupación por la juventud, para la que creó un Centro Recreativo y Cultural, con Grupo Teatral y Rondalla.

Nueve años en Jaraiz de la Vera, (Cáceres) , alternó su labor pastoral con la docencia, siendo durante cuatro años profesor de la Academia “Nuestra Señora del Salobrar” y cinco años Profesor de Religión del Instituto Nacional de Enseñanza Media “Gonzalo Korreas”.

Corresponsal de la emisora “La Voz de Extremadura”, colaborador de los periódicos “HOY” de Badajoz y “EXTREMADURA” de Cáceres. Fundador y Director del periódico local “Afán Jaraiceño”, Delegado de Educación Física y Deportes dio un gran impulso a todas las modalidades deportivas de la juventud verata. Fundador y Director del Club Juventud “La Concordia” que en 1.969 consiguió el Primer Premio Nacional, otorgado por el Ministerio de Información y Turismo. Desde 1973 se encuentra en los Estados Unidos de América habiendo sido nombrado en mayo de 1974 Director del Apostolado Hispano de la Diócesis de Albany, New York. Fundó y dirigió en Troy la emisión en lengua castellana titulada “Atena Hispana”. Licenciado y doctorado por la Universidad de Nueva Cork consigue Premio Extraordinario con su tesis doctoral sobre Lope de Vega, tesis dirigida por Don Manuel Alvar, Director de la Real Academia Española de la Lengua. Durante cuatro años enseña en la Universidad del Estado de Nueva York en Albany.

Sin embargo, Marcelo Blazquez Rodrigo no ha hecho de la Literatura su profesión sino su “hobby”. Porque su misión primordial como sacerdote la ha desarrollado entre uno de los sectores más conflictivos y marginados de la sociedad: los presos. Veintiséis años ha dedicado a la difícil tarea de aliviar las penas y ayudar a los encarcelados, tanto humana como cultural y espiritualmente. Lo mejor de sus energías han quedado silenciadas tras las rejas en cárceles de Máxima Seguridad (Comstock, Cocsackie, Sullivan) o Seguridad Media (Hudson, Sullivan Annex, Woodbourne, Ulster) a la vez que ha servido en las parroquias de Monticello y Livington Manor, o en una granja agropecuaria “La Patera”, donde crían 40.000 patos más de cien emigrantes mejicanos.

Jubilado ya, ha dado a luz “Un cura entre rejas”, publicado por ediciones La Goleta, en Pamplona y cuya traducción al inglés se espera pronto. Le han precedido otras publicaciones, como “ Pinceles para la Paz”, biografía del pintor Besilario Sánchez Mateos, publicada por Editora Nacional de Madrid en 1.975 y “La Dama del Arpa”, biografia de la célebre concertista internacional María Rosa Calvo-Manzano y un Estudio exhaustivo sobre “La Gatomaquia” de Lope de Vega que publicó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid en el año 1.995.

viernes, 27 de junio de 2008

Poema Verano de Manuel Machado


Frutales
cargados.
Dorados
trigales…

Cristales
ahumados.
Quemados
jarales…

Umbría
sequía,
solano…

Paleta
completa:
verano.

viernes, 20 de junio de 2008

SAN JUAN


FERIAS DE SAN JUAN EN BADAJOZ

San Juan vino a sustituir en el patronazgo de la ciudad a San Andrés en el S. XIX. La feria sanjuanera comienza a celebrarse, como la conocemos actualmente, a principios de siglo y suele discurrir entre el 22 y el 30 de junio.

Hoy en día esta festividad es la “Feria Mayor” de la ciudad y posiblemente la más multitudinaria y bulliciosa de Extremadura, dándose cita numerosos actos que atraen el interés de los ciudadanos y visitantes, especialmente del vecino Portugal. Además de la solemne función religiosa oficiada por el arzobispo de la ciudad, en honor a San Juan, cuya imagen preside el altar mayor de la Catedral pacense, cabe destacar otras actividades de importancia: corridas de toros, festivales folklóricos y musicales, teatros, verbenas, fuegos artificiales, etc... Es obligatorio mencionar el magnífico ambiente del ferial durante el mediodía, sin olvidar la gran fiesta nocturna que, en ocasiones, se une con el día siguiente.

El Real de la Feria, ubicado actualmente en los Ordenandos y estando a la espera de un asentamiento definitivo, ha variado numerosas veces de sitio: Carretera de San Juan, calle Obispo, Plaza de Minayo, San Francisco, Avenidas de Colón y Huelva, Carretera de Olivenza, Glacis del Cuartel de Menacho, barriada de la Paz, parques de la ciudad, etc... Destacar finalmente la gran participación ciudadana en la Feria de San Juan, que al igual que pasa con otras festividades de la ciudad, le imprimen la peculiar fuerza de aquello que nace de dentro a fuera, lo que le confiere un gran peso específico.
Fuente www.badajozjoven.com

El nombre JUAN: Procede del hebreo Yo-hasnam, con el significado de “Dios es misericordioso”. Otra etimología muy cercana es la de Jo-hanan o Jo-hannes, que significa “Dios está a mi favor”. Empezando por san Juan Bautista, la personalidad de los santos y otros hombres insignes que han llevado este nombre, es inconmensurable.

La costumbre de encender fuegos parece que proviene de antiguos cultos paganos. Cuenta la leyenda que las cenizas del fuego previenen las epidemias y curan las enfermedades de la piel. Para tener un buen año también se dice que es necesario saltar la hoguera al menos tres veces.

San Juan es uno de los santos más festejados de toda Europa y durante ese día millones de personas con ese nombre, en distintos idiomas, Juan, Joan, Jean, John, etc.

En Cataluña se celebra La nit de Sant Joan de forma espectacular, con grandes hogueras por todas las calles de ciudades y pueblos y sobre la arena de las playas. Muchas personas aprovechan las cálidas temperaturas estivales para darse un baño nocturno a la luz de la luna. Las hogueras se suelen acompañar de verbenas en casi todos los lugares, donde los grupos de amigos se reúnen para cantar, bailar y reír bajo guirnaldas de farolillo. Durante esta noche se lanzan fuegos artificiales y se disfruta comiendo la famosa coca de piñones y frutas confitadas.

La noche de San Juan siempre se ha relacionado con tradiciones ambientadas en torno al fuego. Tanto es que bien a menudo se le denomina la Noche del Fuego. Es creencia común que las llamas alejan y asustan los seres imaginarios que sólo campan durante esta noche o que si también vagan durante el resto del año, en este día lo hacen más intensamente y en más número.

Florecimiento de la Higuera: Cuenta la leyenda que la higuera florece por única vez en la víspera de San Juan, precisamente a las doce de la noche, pero dura sólo algunos instantes. Según la creencia, el que arranca esta flor se enriquece y es feliz para el resto de sus días.
Para esto es necesario subirse al árbol y observar las ramas más altas, lugar donde florece la flor. La tradición dice que cercano a las doce se oyen gruñidos, ruidos, maullidos y hasta gritos espantosos o se ve aparecer al diablo, serpientes y arañas. Al que no tiene miedo no le pasará nada y logrará ver la higuera llena de flores. Debe tomar solo una y ponérsela en el pecho y después bajar del árbol. Al día siguiente desaparece la flor, pero el valiente tendrá fortuna y felicidad.

La Noche de San Juan es un momento único para las hierbas, puesto que se cree que en su punto de medianoche San Juan Bautista las bendice para todo el año y este es el momento en qué tienen más poder. Cogen toda clase de virtudes, la mayoría guardadoras o de buena fortuna. Hay un refrán que dice.

Las hierbas de San Juan
tienen virtudes para todo el año

Víspera de San Juan,
un rebomborio grande:

se siente el tamboril,

la dulzaina y gente

que alegre se apresta,

a guisa de comparsa,

formando desfile

feliz y exaltada.

martes, 17 de junio de 2008

A Juan Ramón Jiménez De Antonio Machado

Era una noche del mes
de mayo, azul y serena.
Sobre el agudo ciprés
brillaba la luna llena,
iluminando la fuente
en donde el agua surtía
sollozando intermitente.
Sólo la fuente se oía.
Después, se escuchó el acento
de un oculto ruiseñor.
Quebró una racha de viento
la curva del surtidor.
Y una dulce melodía
vagó por todo el jardín:
entre los mirtos tañía
un músico su violín.
Era un acorde lamento
de juventud y de amor
para la luna y el viento,
el agua y el ruiseñor.
«El jardín tiene una fuente
y la fuente una quimera…»
Cantaba una voz doliente,
alma de la primavera.
Calló la voz y el violín
apagó su melodía.
Quedó la melancolía
vagando por el jardín.
Sólo la fuente se oía.


domingo, 1 de junio de 2008

TRUJILLO


Trujillo es la aventura hacha piedra. El recuerdo del descubrimiento de América y de sus gestas se perpetúa en sus linajudas casas, en sus estrechas y empinadas calles, en sus generosas plazas…, al fin y al cabo Trujillo es cuna de conquistadores. Junto a tantos valientes aventureros anónimos, aquí nació la estirpe de los Pizarro, que pasó a la historia como artífice del milagro del Perú. Francisco, una especie de semidiós retratado por la leyenda como un bastardo abandonado en la iglesia de Santa María y criado por una cerda, y sus hermanos Hernando, Juan y Gonzalo, fueron una generación mítica. Su paisano Francisco de Orellana se enroló con Gonzalo Pizarro en su expedición al oriente ecuatoriano y se encontró frente a frente con el Amazonas. Otro gigante trujillano es Diego García de Paredes – EL Sansón de Extremadura- cuyas proezas en Granada, Málaga y Ronda y su legendaria participación en las guerras de Italia le hacen merecedor del sobrenombre. Otros personajes no menos ilustres ven la luz en esta villa, entre ellos Juan de Carvajal, religioso del siglo XV que regentó la diócesis de Plasencia durante veinte años, y el dominico Diego de Chávez, intimo de Santa Teresa, a quien Felipe II confía la dirección espiritual del príncipe Carlos.

Entre el Tajo y la sierra de Montánchez, la antañona ciudad se alza sobre una penillanura pedregosa vestida de granito, con el aire batallador que le dan murallas y torres.

Corona la postal un castillo de origen romano en lo alto de un cerro. Ya lo dice el viejo dicho.”Cuando vayas a Trujillo, por donde entrares hallarás una legua de berrocales”. La ciudad se asienta en el territorio más elevado de la provincia, en que encinas, alcornoques, olivos y cereales salpican sus horizontes abiertos.

Tras un largo bagaje histórico que tiene por protagonistas a celtas y griegos, los romanos la bautizaron Turgalium, y en honor de un dios latino llamado Turgalum levantaron su fortaleza. Los musulmanes llegaron en el siglo IX y construyeron las murallas, las torres y el aljibe. Entre el imperio de la media luna y el de la cruz, la villa vive con los nombres de Turgiela y Truxillo, hasta que Fernando III la conquista definitivamente el 25 de enero de 1232, con milagro incluido. Entre las dos torres que custodiaban la puerta de la fortaleza se apareció la Virgen en el último momento para insuflar fuerza a los cristianos. Por eso, Feduchi levanta una capilla sobre la torre del Homenaje bajo la advocación de la Virgen de la Victoria, patrona del lugar, a quien se festeja en septiembre con pregones, conciertos, zarzuelas, capeas y vaquillas. En el año 1428 recibe el rango de ciudad de la infanta Catalina y cuatro años después el rey Juan II le concede los títulos de Muy noble y muy leal. Trujillo aparece como baluarte en la guerra contra Alfonso V de Portugal. Al morir el rey de Aragón se establecen en esta villa las bases de la unidad nacional sobre la fórmula de “tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando”. Por esta época se levanta a la entrada de Trujillo la imponente picota gótica rematada con una cruz de Santiago que luce su escudo. Con el descubrimiento de América el lugar será centro de reclutamiento y a sus arcas llegarán preciados tesoros del Nuevo Mundo.

A 46 Km. de Cáceres y con más de 10.000 habitantes, Trujillo nos cuenta su historia desde lo alto de su colina. La ciudad intramuros es conocida como la Villa. Entre calles pendientes y angostas, casonas y palacios de ilustres linajes y recoletas plazuelas podemos viajar al medievo.

De la muralla quedan en pie treinta y dos torreones, y sobre un cerro rocaso llamado Cabeza del Zorro se levanta el castillo de torres cuadradas, construido por los aganeros hacia el siglo X sobre los cimientos de una fortaleza romana. Sirvió de cobijo a doña Juana la Beltraneja y se rindió a la reina católica tras la muerte del marqués de Villena. Vio rodar por sus laderas a don Álvaro de Luna en encarnizada batalla, y nos recibe con una puerta de triple arcada de herradura bajo bóvedas de rojo ladrillo. Entrando por la recia puerta de Santiago –la única que queda de las seis que tuvo junto con el arco de San Andrés y del Triunfo- comienza el espectáculo con la casa de los Sanz Orozco, el palacio de los marqueses de Santa Marta, la iglesia románica de Santiago, el templo de Santiago y sus notables tumbas, la casa de Casco, donde la tradición ubica el nacimiento de Francisco Pizarro, el palacio de Piedras Albas…Austera y noble como ninguna otra se alza con su torre la casa de Luís Chaves, del siglo XV, la noble morada delicada rejería que alojó a los Reyes Católicos.

La iglesia de Santa María la Mayor, mezquita hasta la Reconquista y osario de legendarios linajes, es la joya arquitectónica de Trujillo. Este bello templo románico del siglo XIII de tres naves y espectacular torre, reedificado en el siglo XV, guarda un sublime retablo con 24 tablas pintadas por Fernando Gallego y los restos de García de Paredes. Muy cerca se encuentra la ruinosa mansión del capitán Gonzalo Pizarro, padre biológico del mítico Francisco, cuyo escudo pervive sobre el arco gótico de su puerta, el mismo que otorga Carlos V al conquistador del Perú. En la plazuela de los Moriscos, presidida por las ruinas de San Francisco la Real, duerme el Trujillo judío. Cerca de la puerta de San Andrés descansa la casa de los Escobar, donde naciera Diego Chávez, con su escalera exterior, torre defensiva y ventanales góticos. Pero Trujillo palpita en su generosa Plaza Mayor, toda una oda monumental al Descubrimiento. Escenario de sus festejos taurinos y ágora de los trujillanos, está flanqueada en tres de sus lados por los portales llamados del lienzo, del pan y de la verdura. La estatua ecuestre de Pizarro, obra del americano Rumsey, inmortaliza su gesta. En las noches de luna, cuando el calor aprieta, dicen que su caballo baja del pedestal y bebe agua. El suntuoso palacio plateresco del marqués de la Conquista, levantado por Hernando Pizarro, el del duque de San Carlos, del siglo XVII, con su soberbio balcón de esquina, el renacentista de Piedra Albas, la iglesia gótica de San Martín, levantada entre los siglos XIV y XVI con una portada gótica y otra renacentista, y el viejo ayuntamiento pregonan sus glorias.