En su "Libro de Cetrería", Luis Zapata de Chaves escribió en el siglo XVI que Llerena era un pueblo lleno de mujeres hermosas, de caballeros y letrados y que sus habitantes eran tan ingeniosos que "apenas necio podrá hallarse uno".
En esta bella ciudad ubicada en sureste de Badajoz es bien patente la huella de un antiguo esplendor. Sus múltiples construcciones, algunas de ellas de gran relevancia, le han otorgado el titulo de Conjunto Histórico Artístico, pero además, es capital de una de las más hermosas comarcas de toda Extremadura.
La ciudad, que consiguió tal titulo de manos de Enrique IV, cuenta con historias legendarias entre las que no falta la leyenda negra, pues los Reyes Católicos decidieron que fuese la sede del Tribunal del Santo Oficio y de la Inquisición, al cual se atribuye un gran número de muertos y, como resultado, la instauración de una época de terror, con la consiguiente asociación del nombre de Llerena a esta palabra. El lugar donde se situó este tribunal fue el palacio de los Zapata, hoy dedicado a actividades relacionadas con la justicia, de cuyo estilo mudéjar inicial solamente se conserva el patio y las portadas.
Aunque se sabe que el origen de la localidad es romano, los primeros vestigios conservados pertenecen a los pobladores musulmanes, que la denominaron Ellerina. La arquitectura mudéjar nos hace evocar el esplendor y la belleza de Llerena en tiempos pasados, lo que unido a los edificios construidos por los Maestres de la Orden de Santiago, incrementó el legado que actualmente conserva la ciudad, cuyo momento de prosperidad fue el final del siglo XVI.
El conjunto más característico del estilo mudéjar es la plaza Mayor o de España, el sitio ideal para comenzar la visita a la localidad. Construida en su mayor parte en ladrillo blanco, con arco de medio punto enmarcados por un alfiz y gruesos pilares de piedra, la plaza Mayor constituye uno de los espacios de mayor valor artístico de Llerena, caracterizado por la armonía que desprende la perfecta unión y la belleza de sus elementos. En uno de sus lados se encuentra una magnífica fuente proyectada por el genial pintor Zurbarán, la cual, hoy en día, es considerada como el paradigma de la ciudad.
En esta misma plaza aparece el monumento más apreciado del lugar: la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Granada, cuya construcción se inició en el siglo XIV. Este bonito templo cuenta, es su interior, con un excelente conjunto de pinturas atribuidas a Zurbarán, así como una preciosa talla de San Jerónimo realizada por Juan Vázquez “El Viejo”. Además, merece la pena observar su pintoresca decoración. Sus posteriores reformas dotan al edificio de un original ecletismo que va desde el mudéjar hasta el barroco, sin que ninguno de los periodos intermedios hayan pasado sin dejar una marcada huella en la estética del edificio.
En el siglo XVI, además de la incorporación de una nueva galería a la iglesia, se añade al edificio una de las torres más conocidas en toda España, construida en ladrillo y denominada popularmente “la Giralda Chica” a causa de su increíble semejanza con el minarete sevillano. A este campanario le fueron añadidos en el siglo XVIII unos singulares ornamentos de estilo barroco que la embellecen aún más.
Partiendo de esta plaza se inicia la calle Corredera en la cual está ubicado el antiguo convento de Santa Clara, del siglo XVI, perteneciente a la Orden de Santiago. Aquí en la única fundación religiosa que aún existe de las siete que había en la ciudad, se fabrica una de las más exquisitas tradiciones gastronomicas del lugar, los corazones de monja, dulces realizados con almendras siguiendo una receta de las monjas clarisas cuyo secreto es guardado generación tras generación. No obstante, estos dulces no representan el único elemento gastronómico de esta ciudad, de gran tradición repostera. Tenemos que destacar también, la caldereta o las migas, exquisitos platos tradicionales de estas tierras de la baja Extremadura. La iglesia de este convento gótico tardío cuenta con una extraordinaria talla de Martínez Montañés, San Jerónimo, y coronando el edificio aparecen amplias bóvedas donde aún se conservan las pinturas murales originales.
En la calle Santiago, que cruza el casco antiguo, se halla una iglesia homónima, fechada en el siglo XV y construida por mandato de la Orden de Santiago, donde están los sepulcros del fundador, Alonso de Cárdenas, y de su esposa. En esta misma calle podemos observar, además, una buena muestra de la arquitectura popular de la Edad Media. Del mismo siglo tenemos el palacio Episcopal, que, aunque de estilo gótico, se ve salpicado por elementos decorativos propios del arte mudéjar en una de sus fachadas exteriores. Otros edificios religiosos de particular interés son la iglesia de la Concepción, cuya portada plateresca es una joya del arte extremeño, y también la iglesia llamada de la Compañía, que en la actualidad ha sido convertida en una hermosa Casa de la Cultura.
Para terminar el paseo por Llerena, se yergue a las afueras la gran muralla que en tiempos remotos protegía la ciudad. Data del siglo XIV y, desgraciadamente, en el siglo XIX desapareció la mayor parte de ella. Sobreviven algunos lienzos y dos puertas, la de Montemolín y la de Villagarcía.
Asistir a las fiestas populares de Llerena, que posee un maravilloso patrimonio artístico, produce una sensación de alejamiento y retiro. Son las más destacables las patronales, caracterizadas por las procesiones en honor a la Virgen de la Granada, cuya inmensa belleza, unida a la de las calles colmadas de recuerdos del pasado, magnifica el acto. Además, durante estas fiestas, la junta municipal, organiza actividades culturales y recreativas junto a conciertos y otras manifestaciones festivas. Pero aún hay más; en los alrededores de Llerena podemos encontrar un increíble paraje natural donde podemos admirar sin ningún tipo de reserva el típico paisaje extremeño, con su pluralidad de tonos ocres, concurrido por aves que vienen aquí a pasar el invierno procedentes de otros países europeos, como el caso de la grulla, a las que vemos surcar el cielo año tras año.
1 comentario:
Un lugar muy interesante a visitar!
Ciao Marco
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