viernes, 30 de octubre de 2009

DÍA DE TODOS LOS SANTOS


Actualmente nos hemos acostumbrado a celebrar todas las tradiciones de otros países, como ahora por ejemplo hallowen.

Nos bombardean cada día en la radio, las tiendas, los parques, discotecas y demás con publicidad, para hacernos consumir, y claro es casi imposible resistirse a disfrazarse y pasarlo bien un rato.

Todo eso me parece muy bien (siempre es bueno aprender las costumbres de los demás) pero me parece que además estamos dejando a un lado nuestras tradiciones en vez de darlas a conocer y sentirnos orgullosos de ellas, y esto ya no me gusta tanto.

Cuando yo era pequeña en mi pueblo, el día de todos los santos, salía a pasar la tarde al campo con los amigos a comer nuestras castañas, nueces, membrillos, higos, granadas etc. y lo pasábamos muy bien, sin necesidad de disfrazarnos.

El día dos nos íbamos todos a llevar flores, poner velas y honrar a nuestros difuntos.

Esta tradición aún se conserva, y aquí en Barcelona celebramos estos días haciendo la castañada y acudiendo masivamente a los cementerios, que este año además de misas tendrán servicio de música clásica en directo.

Buscando el origen de la castañada he encontrado este.


LA CASTAÑADA – CATALUÑA


En la Edad Media y para recordar a todos vecinos la necesidad de rezar por los difuntos, durante la noche de todos los santos se tocaban las campanas de todas las parroquias y conventos, de tal suerte que el campanero necesitaba de un gran aporte de energía para recuperarse del esfuerzo.

Al ser la castaña el fruto mas abundante del otoño, se recuperaban del cansancio con castañas y pequeños tragos de vino blanco, para hacerlas más pasaderas. Como el número de campanarios era muy elevado en aquellos tiempos y al campanero se iban añadiendo las personas y familiares más allegados, en un afán de querer compartir con él sus penas y también sus gozos, finalmente todos acababan comiendo castañas y bebiendo vino.

Mas adelante, en los pueblos, por la tarde todos los hombres se dedicaban a recoger castañas, boniatos y leña, las mujeres hacian pastelitos parecidos a los actuales “panellets” (unos pastelitos hechos a base de almendra molida y azucarada) y al llegar la noche se reunían todos alrededor del fuego comiéndose las castañas y los boniatos asados a la leña y los pastelitos que habían traído las mujeres y así celebraban el final de la recolecta y rezaban por los difuntos.

También existía la tradición de que los niños tenían que dejar castañas escondidas en algún rincón de la casa para que, por la noche, las almas de los que faltaban vinieran a recogerlas y se las cambiaran por “panellets” o membrillo (dependiendo de la zona).

A finales del siglo XVIII la costumbre se había extendido de tal manera que la castaña pasa a ser un elemento de comercio y entonces hace su aparición la figura de las castañeras, mujeres que asan las castañas al fuego y las venden en puestos callejeros.

uncajonrevuelto.arte-redes.com


Panellets






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