Que gran belleza contemplo a través de mi ventana, la blancura de mi pueblo desafiando al sol.
Preciosas las amapolas de color rojo carmín, que alegran el paisaje de todo el campo Villorro. Paisajes de verdes tonos, millones de flores y florecillas esparciendo su olor, el trinar de los pájaros. A lo lejos mirando al cielo se pueden ver
como las águilas planean lenta y majestuosamente.
¿Qué me falta? Pues todo. Mi propósito al poner esa fotografía detrás de una ventana, era la de escribir una poesía, la primera que he intentado escribir resultaba demasiado tópica, la segunda demasiado romántica y la tercera demasiado descriptiva. Como dicen que a la tercera va la vencida, pues la que se da por vencida soy yo, ¡desisto! No es que sea mala haciendo poesía, es que soy una nulidad. Así que aunque no tenga nada que ver con mi idea inicial al poner la foto detrás de la ventana, me aplicaré el dicho de, zapatero a tus zapatos, y pondré este poema de Rafael Alberti
Paz a España, paz segura.
Canten abiertos los campos
dichosos de Extremadura.
Lean los niños, las flores,
y entre las negras encinas
todos los trabajadores.
¡Lejos tanta noche oscura!
¡Para siempre en primavera,
la tierra de Extremadura!
Yo os traigo en este pregón,
el libro, fuente de gracia,
que ilumina el corazón.
Agua tranquila, agua pura
agua que riegue la sangre
del alma de Extremadura.
Libros de amor, luz, ensueño.
Alta vida y viento en calma
en todo el pueblo extremeño
No hay comentarios:
Publicar un comentario