Uno de los hombres más cultos y sabios del panorama intelectual español del siglo XVI se llamó Benito Arias Montano, y fue un extremeño nacido en Fregenal de la Sierra. Por desgracia -para los extremeños y para todos los españoles- su figura y su obra son prácticamente desconocidas salvo en círculos minoritarios y, sin embargo, es una de las figuras básicas del humanismo español y su importancia política, cultural y religiosa en el Reinado de Felipe II fue extraordinaria. El investigador extremeño Manuel Pecellín Lancharro, resume de la siguiente forma la ingente labor del sabio frexnense: El genio de Arias lo hizo capaz de discutir la traducción correcta de un verbo hebreo o griego y de calcular con sus tecas, astrolabios y cuadrantes las más difíciles medidas; de bocetar los dibujos para la Biblia de Amberes y de interesarse por los nuevos estudios biológicos; de escribir sublimes versos latinos y de cultivar legumbres en su huerto de Aracena; de aconsejar a Zayas, Secretario del Rey, y curar los males de un campesino serrano; de comentar un texto bíblico y dirigir a FELIPE II un razonado análisis de la situación política en Flandes; de hablar en Trento y reunirse clandestinamente en el Escorial con los miembros de la Familia Charitatis.
No es de extrañar, pues, que Lope de Vega, en sus Rimas humanas hiciera de él este elocuente elogio:
Aquí Montano reposa,
de la Biblia sacra un sol,
un Jerónimo español
y un David en verso y prosa.
No se acabará jamás,
aunque en estas losas cupo,
que si muchas lenguas supo
son las que le alaban más.
2 comentarios:
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Thank you very gracious on their part.
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