como novia dulcemente se acicalan,
es el viento el que alisa sus cabellos
y mis ojos no encendieron sus ventanas.
Para ver esa armonía de unos campos
que hace tiempo yo perdí tras de mi espalda.
Soy cigüeña que no vuela porque tiene,
más que rotas, sus dos alas arrancadas.
del dominio del poder de la palabra
y decirte con un canto que te quiero
que la vida se me rompe si me faltas.
el que unía tiernamente nuestras almas.
Hoy preciso más que nunca el recuerdo
Por sentirme para siempre a ti ligada.
en sus valles, en sus sierras, sus cañadas,
escuchando el clamor de la primavera
que despierta con la savia renovada.
el perfume inmaculado de tu jara,
embriagando dulcemente los sentidos,
el tomillo, el romero, la retama.
los racimos en la cepa se engalanan,
la aceituna en el olivo se pronuncia,
los jilgueros afinaron sus gargantas.
el verdor esplendoroso de senaras,
y la mano extendida del amigo
de mi gente campesina tan amada.
que se intuye por caminos de esperanza
asesinando esta ausencia dolorosa
mucho tiempo sin quererla prolongada.
y es la voz de Extremadura que me llama.
Encarna Jiménez de
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